Monday, November 3, 2014

Noveno Paquete Turístico: Siguiendo las huellas de los guerreros griegos



Ruta
A continuación, nuestra agencia de viajes al mundo antiguo propone un nuevo paquete turístico, de gran interés para lo amantes del mundo occidental y sobre todo para quienes llevan dentro de sí un guerrero. Todo el recorrido se hará en un territorio pequeño, lo que no demanda grandes costos y lo que permite que se haga en poco tiempo, por lo mismo este viaje será inolvidable y hará ver un lado de Grecia que muchas veces se olvida.
El objetivo del viaje es que el turista pueda sentir cómo se vivía una batalla en la antigua y mítica Grecia de los primeros siglos antes de Cristo. Entender por qué se dieron y también en que condiciones se dieron los choques entre griegos y “barbaros” o también entre las mismas ciudades estado helénicas.
Entonces, para empezar iremos a los sitios en que se libraron cuatro batallas: Maratón, cerca a Atenas; las Termópilas, en la parte baja de Tesalia; también Salamina, luchada en el mar, al sur de Atenas; y por último Platea; en lo que se conoce como Beocia. Estas son la conocidas Guerras Médicas, y serán a las primeras a las que asistirá el viajero.
Luego, siguiendo en territorio aqueo el turista se dirigirá al sitio en que se libraron  las batallas de Pilos, Mantinea y el Sitio de Siracusa. Estas son unas de las batallas que se dieron en lo que se conoció como las Guerras del Peloponeso.

Por último, el viajero sabrá como luchaban los temibles macedonios que bajo el mando de Alejandro Magno lograrón conquistar una cantidad de territorio impensable. Los lugares que se visitarán serán en los que se dieron unas de las batallas más importante en las Campañas de Alejandro: Queronea, en Beocia; Isso, en el sureste de Turquía; Arbela o Gaugamela, tal vez la más famosa por haber hecho correr al rey persa Darío; y para terminar se visitará India, para revivir la batalla de Hinaspes.
Todos ellos serán los destinos que ofrece esta ruta.

Mapas de la Ruta

Mapa Guerras Médicas




Mapa Guerras del Peloponeso

Mapa ruta y Guerras en la Campaña de Alejandro Magno



Imágenes de los objetos y estructuras relacionadas con el viaje propuesto

Friso persa de los arqueros de Darío primero que lucharon en las guerras Médicas. (488 a.C)
Se encuentra en el museo del Louvre











Casco griego de Milcíades, general griego que luchó en la batalla de Maratón. Se cuenta que fue ofrendado al dios Zeus luego de ganar la batalla.
Está en el museo de Olimpia (490 a.C aprox.










Monumento erigido en honor a los caídos de la batalla de Maratón que salvaron la patria helénica del dominio Medo.













Representación de soldados persas que batallaron en las Termópilas. Museo de Pérgamo, Berlín.









Monumento en honor a la victoria en la batalla de las Termópilas.
“Ve extranjero, e informa a Esparta que aquí yacemos todavía obedientes a sus órdenes”









Busto de Leónidas I. Rey espartano que guió al ejercito en la batalla de las Termópilas (480 a.C).

Museo de Esparta.





Se representa a Darío I (derecha, sentado) y Jerjes I atrás suyo.
Encontrado en Persépolis.














Monumento honorífico a los espartanos en el lugar en que se libró la famosa batalla de las Termópilas.








Busto de Temístocles, General Ateniense a quien se le da la gloria por el triunfo de la armada Ateniense sobre los persas en la batalla de Salamina (480).

















                                                                                                         
Columna de las serpientes, monumento en honor a los vencedores de la batalla de Platea (479 a.C). Hoy en día en el Hipódromo antiguo de Estambul.

















Escudo usado en la Batalla de Pilos(425 a.C) por un espartano. Es de Bronce y se encuentra en el Antiguo Ágora de Atenas.















Representación del Trirreme Ateniense, barco usado tanto en las guerras Médicas como en las del Peloponeso.









Busto de Alcibíades encontrado en el Musei Capitolina en Roma. Fue general en la batalla de Mantinea y en el Sitio de Siracusa. Es uno de los más recordados y también odiados atenienses de las Guerras del Peloponeso.












Representación probable de Filipo II luchando en la batalla de Queronea (338 a.C)











León de Queronea. Estatua construida en el lugar de la batalla conmemorando a los soldados tebanos que perdieron la vida tratando de defender su ciudad.





Representación de las batalla de Isso entre Alejandro de Macedonio y Darío III de Persia. Se encuentra en el sarcófago de Alejandro que fue encontrado en la necrópolis del rey Sidón. Museo Arqueológico de Estambul.






Representación del S.XVIII de la batalla de Gaugamela.











Estatuas de Alejandro Magno





Busto de Alejandro Magno. Museo Británico. Supuestamente de Alejandría , Egipto





Estatua de Alejandro.
Museo del Louvre. París.







Historia
La Guerra en el mundo Antiguo era más que un simple combate cuerpo a cuerpo entre guerreros. El culto por este arte se remonta a los primeros milenios en que florecieron la civilizaciones o incluso un poco antes, ya que los elementos fundamentales de las batallas se establecieron hace mucho tiempo. Al principio el objetivo ni siquiera era acabar con la vida de otro humano, sino simplemente cazar y poder impactar de manera directa al adversario. Esas primeras armas como lanzas, garrotes, hondas o flechas serían las precursoras de los objetos que miles de años después acabarían con millones de personas alrededor del mundo por el resto de los siglos. Se cree que aproximadamente hacia el año 8000 a.C ya se daban enfrentamientos entre grupos de seres humanos. Sin embargo, las técnicas y las armas no son muy claras, aunque se sabe que fueron evolucionando y desarrollando cada vez más hasta el año 2000 más o menos, donde el bronce empieza a volverse el material común de los elementos que se usaban en las guerras. Luego, unos cuantos siglos después el hierro empieza a predominar como elemento más importante para la construcción de armamento. Es pertinente también tener claro que la táctica es un componente supremamente importante en el arte de la guerra, y que éste siempre ha ido de la mano, es decir que siempre ha tenido una relación directa con la tecnología de los elementos usados en la guerra en cada momento.
Esto es una pequeña introducción que busca que el viajero tenga un conocimiento previo sobre lo que se le contará en el transcurso de la ruta y se espera que luego logre relacionarlo con diferentes conocimientos que él tenga.
Entonces, para poner un poco en contexto a nuestro turista, en la época del última siglo antes de Cristo se tiene pensado que este debe ser el “ciclo de la infantería”. Esto se debe principalmente a que los ejércitos se componían mayoritariamente por guerreros a pie, aunque es verdad que también había guerreros a caballo, o en carro, o hasta en elefantes, y estos suponían la fuerza más importante del ejercito, por eso no es de extrañar que lo que más se recuerde de los griegos son los Hoplitas, o también de los macedonios sus invencibes falanges que lograron conquistar casi el mundo entero, sin olvidar que luego el Imperio de Roma tendría también el peso más importante de sus batallones en los legionarios romanos. Pero, no solo en estos renombradas civilizaciones son los guerreros de a pie los que llevaron la gloria a su patria, así mismo los Asirios, pueblo reconocido por su violencia y su insaciable sed de sangre, componían su ejército en su mayoría porcentual (70 % aproximadamente) por soldados infantes. Todos estos subrayados guerreros que marcaron la historia en su momento y dieron inmortalidad a sus pueblos se regían todos por el mismo código, el de la disciplina, sin ésta era imposible para ellos brillar y conquistar a sus enemigos; es un elemento que no podremos olvidar.
Sin embargo, la edad antigua no solo vivió para ver la infantería pesada en acción, y aunque eran lo más importante de cada ejército, estos también constaban de lo que entre los historiadores militares se conoce como tropas ligeras. Esto quiere decir guerreros que no tenían armadura completa y por lo tanto rara vez entraban en combate cuerpo a cuerpo, como si lo hacía la infantería nombrada en el párrafo anterior, sino que en cambio estas tropas se limitaban a atacar a distancia, usando jabalines y proyectiles, tratando de tal manera de debilitar las falanges y lograr que el ejercito pudiera abrir una brecha en el ejército enemigo, lo cual los dejaría muy mal parados.
No obstante, los caballos y los carros de guerra también estuvieron presentes en el último milenio antes del nacimiento de Cristo, y aunque muchas veces no eran tomados tan enserio, como lo demuestra un escritor-guerrero griego, Jenofonte al decir que eran los más débiles los que montaban caballo. Pero esto no es algo general, ya que unos ochenta años después de Jenofonte, hacia el 330 a. C el gran conquistador del Mundo Antiguo, Alejandro III de Macedonia, propinaría los golpes más duros a los ejércitos enemigos con un grupo de infantería acompañado de otro de caballería, demostrando que este sistema táctico también podía traer beneficios en la batalla.
Todo esto, y también entendiendo que en el Mundo Antiguo la ingeniería serviría como auxiliar para los sitios de las ciudades, nos deja ver claramente que muchos, la mayoría, de los elementos que se usaban en las guerras en este período de tiempo serían característicos para todas las batallas que se librarían por muchos siglos futuros hasta que las armas de fuego hicieran su aparición. La estructura de la guerra no sería tan cambiante alrededor de dos milenios (1000 a.C al 1000 d.C aproximadamente), y esto en otras palabras se traduce a que la guerra se decidía antes más por el planteamiento táctico y desarrollo tecnológico en materia de armas. Fundando siempre en la naturaleza de los hombres la disciplina como cualidad necesaria y también un espíritu de obedecimiento, lo cual iba a perdurar en los ejércitos para estructuras futuras.
Teniendo ahora un conocimiento un poco más profundo sobre las guerras se hará un pequeño recuento sobre cada una de las que se plantearon al principio de la ruta, empezando por las cuatro guerras Médicas; pasando a tres de las más importantes que vivió el conflicto del Peloponeso; y acabando con unas de las tantas que libró Alejandro Magno para forjar su majestuoso e inacabable Imperio.
-Guerras Médicas
Estas guerras vieron el enfrentamiento de dos de las potencias más increíbles que haya tenido el Mundo Antiguo, las polis griegas contra el poderoso Imperio Persa de Darío I y luego su hijo Jérjes. Los detonantes posibles de estas guerras se cree son pequeñas batallas que tuvieron los persas en el siglo VI a.C contra ciudades de Tracia y Macedonia, donde Atenas tuvo a bien tratar de brindarles ayuda a las ciudades aqueas del Asia y por eso mismo lograr que en el 490 a.C Darío enviara sus fuerzas a tratar de someter a los helenos. Todo esto se debe en general al crecimiento que había visto Grecia en tan poco tiempo, y al haberse extendido muchos más enemigos ganaba, por lo tanto este fue el resultado.
Maratón (490 a.C)
Dícese que los persas liderados por un almirante llamado Datis llegaron al lugar que se conoce como maratón después de haber conquistado Eubea, adentrándose así en el Ática y por lo tanto amenazando seriamente a las polis griegas ya que se encontraban realmente cerca. Como respuesta a esto Platea mandó rápidamente sus fuerzas a que acompañaran al famoso Milcíades, quien dirigía el ejercito ateniense y quien había hecho transformaciones en el orden social debido a las graves circunstancias que acontecían, había puesto a muchos esclavos como guerreros, ya que en número los persas eran muy superiores. Unas fuentes dicen que eran aproximadamente 25.000 mil persas contra 10.000 atenienses y plateanos; mientras que otras fuentes informan de 100.000 persas que lucharían contra aproximadamente 20.000 helenos. No sabremos cual era el número real, pero lo que si se sabe es que los griegos lograron ganar la batalla de una manera inverosímil, ya que eran muchos menos pero lograron penetrar los flancos persas, lo que les dio la oportunidad de atacar el centro y grueso del ejercito medo por los lados, los cuales estaban descubiertos y fue debido a esta maniobra que vieron la victoria impensable. Las cifras que brindan las fuentes son un poco absurdas pero no hay otras y estas dictan que mientras en la batalla murieron 6.400 persas solo 192 atenienses perecieron.
Esta batalla marco un hito en la historia griega ya que fue la primera vez que repelieron un ejército extranjero de su propio territorio. Algo interesante es que los espartanos, pueblo conocido por sus aptitudes guerreras no hayan estado presente en la batalla. Esto se debe principalmente a que no alcanzaron a llegar al lugar de la batalla, aunque fueron avisados en un lapso tremendamente corto después de la legendaria gesta del guerrero Filípides, quien se dice corrió unos 240 kms para dar la alarma a los lacedemonios.

Termópilas (480 a.C)
Esta batalla se dio 10 años después de la anterior, y fue comandada entonces por el sucesor del antiguo emperador, Jerjes. Este logró una obra impensable para poder llegar hasta el lugar de la batalla, y fue alinear, según cuenta Heródoto, unos 674 barcos en fila que hicieran de puente para poder cruzar el estrecho que hay en el Helesponto. Luego el ejército llegaría a lo que se conoce como el paso de las Termópilas, hoy en día mucho más ancho pero en aquel entonces bastante estrecho, entre el mar y el monte Calídromo. Allí se enfrentaron unos 6.000 griegos, liderados por el rey espartano Leónidas contra una innumerable infantería persa, que nunca se acababa. Los helenos resistieron tres días pero alguien los traicionó y contó al enemigo de un camino auxiliar, el cual dejó que estos últimos pasaran la línea de batalla y cogieran por la retaguardia  a los aqueos. De estos se cree que los atenienses se retiraron mientras que los espartanos se quedaron allí y fueron aniquilados, tratando de sobrevivir a una carnicería; las cifras sin embargo dan una inmensa gloria al rey espartano y sus 300 hombres, quienes junto al ejercito lograron acabar con 20.000 persas mientras de su bando solo murieron 300. Tras este episodio los medos se adentrarían en territorio griego, y por lo tanto la esperanza helena se puso en las aguas después de haber evacuado el Ática y haberse establecido momentáneamente en el Peloponeso.

Salamina (480 a.C)
 Después de la derrota en “Puertas Calientes”, la fuerza persa llegó a una Atenas desierta, y con rabia por ese hecho bajo la flota que disponía de unos 1.200 barcos hacía la bahía de Salamina. Allí se había refugiado la armada griega, la cual contaba con unos 300 trirremes y fue en aquella bahía donde se dio la batalla naval. Esto se dio por una estratagema del almirante Temístocles, quien dio un mensaje falso a los persas y los indujo a adentrarse en la bahía por la noche. En la mañana, cogiéndolos por sorpresa los barcos aqueos emprendieron un ataque a la flota persa que se encontraba dividida y así logró acabar con aproximadamente 200 de sus navíos, mientras ellos sólo vieron la pérdida de 40 de los propios. Esto ahuyentó a Jerjes y obligó así a una retirada, por lo que se le concede la victoria a la flota griega. Este hecho dio un respiro al pueblo heleno, pero la fuerza persa era tan grande que en ese mismo año mantuvo a los griegos todavía en el Peloponeso, debido a los ataques del primo de Jerjes, Mardonio.

Platea (479 a. C)
Esta batalla marcó el final del deseo persa de adentrarse en territorio heleno y fue muy importante para el nombre que después ganaría el pueblo griego y la fama que tendría en el resto del mundo por haber logrado soportar al ejército más grande jamás visto. Esta gesta se dio cerca de la antigua ciudad de Platea, dentro de la Península polinésica. Por primera vez los griegos tenían un número considerable de guerreros, alrededor de 38.000 hoplitas más las tropas ligeras, llegando supuestamente a un total de 100.000 tropas, un ejército impensado para los aqueos. Con estos guerreros lograron despachar a Mardonio de Grecia, y así hicieron huir a todos los que le rendían tributo a él. Se cuenta que esta fue la batalla con mayor número de muertos persas, ascendiendo el número aproximadamente a 100.000.
De esta manera acaba el enfrentamiento directo entre griegos y persas en territorio heleno, dando así a que occidente se pudiera desarrollar de manera independiente, viendo una economía y un comercio propio, logrando riqueza para sí y excluyéndose de tributos a externos lo cual daba paso a crear sus propias instituciones políticas diferentes a los gobiernos totalitarios de Oriente. Además, esto no fue lo único, sino también el haberse sobrepuesto a tan complicada situación hizo que en los griegos se exaltara aun más ese orgullo y amor por ellos mismos, creyéndose superiores a cualquier otra civilización que hubiera visto nacer el mundo.
-          Guerra del Peloponeso
 Tras unos 60 años de ver el máximo esplendor de su civilización Grecia cayó en la famosa Guerra del Peloponeso, la cual vio enfrentarse dos ciudades-estado que luchaban contra sus antiguos ideales; el proclamarse superiores frente a sus vecinos, tratar de comandarlos y hacerlos sus esclavos en algunos casos. Esta rivalidad Esparta- Atenas es en este momento donde más se agrava y tras la muerte de Pericles, gobernante magnifico de Atenas, el enfrentamiento se pone más serio.
Pilos (425 a.C)
Fue una victoria marítima e inesperada para Atenas, que bajo el mando de Cleón logró darle sitio a la ciudad de Esfacteria. Allí acabó con 420 hoplitas de los aliados espartanos y luego dio lugar para que Demóstenes pudiera desmbarcar en tierra firme, donde junto a sus tropas ligeras acabó con las tropas espartanos que llegaban a defender la ciudad desde el sur. De esa manera Esparta se retiró de la batalla y la primera victoria fue para Atenas.
Luego seguiría la batalla de Delio, la cual vería la muerte de soldados de varios bandos y también de líderes tanto de Esparta como de Atenas, por lo que se firmó una paz que duraría hasta el 418 a.C.

Mantinea (418 a.C)
Esta batalla se libró muy cerca de la ciudad del mismo nombre, en el centro del Peloponeso, donde Alcibiades había tratado de arremeter para que Atenas se consolidara tanto en el sur como ya lo hacía en el norte. El problema fue que los espartanos y sus aliados demostraron el espíritu guerrero de sus antepasados y gracias a ello hicieron huir a los Atenienses que salieron a perderse luego de haber perdido todo el control de la batalla. Esto dictó para Esparta el retomar el control de toda la Península del Peloponeso sin atenienses cerca.
Sin embargo, Alcibíades nos e conformaría con una huida y por eso llevaría la guerra a través del mar, un lugar lejos de casa, Siracusa.


El Sitio de Siracusa (416-413 a.C)
Tras haberse recuperado Atenas de la peste fue la locura de un hombre lo que los llevó a la perdición, la de Alcibíades. Este, con su fama y prestigio en la ciudad, hizo que el pueblo cuna del pensamiento occidental emprendiera una empresa irracional, ir a Siracusa y conquistarla sólo porque era aliada de los espartanos. Atenas estuvo cerca a la quiebra por este “capricho” y no vio los frutos que se le prometieron. Para empezar los atenienses bajo el mando de Nicias trataron de aislar la ciudad del resto de núcleos poblacionales cercanos con dos fuertes pero sin completar todo el perímetro, lo que dejo un hueco por donde refuerzos enemigos entraron luego. Los espartanos llegaron a ayudar a Siracusa, y con su auxilio los itálicos lograron sacar a los atenienses, quienes después de un largo tiempo terminaron esclavizados y los pocos que pudieron huyendo. Fue un paso hacia atrás para Atenas, y esto le valió perder muchos hombres.
Hasta el 404 a.C las batallas siguieron dándose en la Hélade continental y fue hasta ese año que Atenas resistió, hasta que al verse bloqueada tanto por tierra firme como por agua se terminó rindiendo. Lo más rescatable de esta guerra es entender que Esparta consiguió ganarla al darse cuenta que necesitaba de su armada tanto como de su ejército terrestre para ganarle a Atenas.
Siguiendo los años muchas batallas se libraron luego por el control del territorio Aqueo, entre muchas polis griegas, tanto Esparta como Atenas, que siempre se veían involucradas en los conflictos, como ahora la polis beocia de Tebas luchaba por un poder superior y otras muchas por su independencia del resto.
-          Campañas de Alejandro Magno
       Pero esto se dio aproximadamente hasta el año 338 a.C, debido a la batalla de Queronea, donde parece se logró unificar por primera vez todas las ciudades-estado del territorio aqueo bajo el mando de quien vendría a ser el “dueño del Mundo”. Él era un muchacho instruido en todas las artes, la filosofía por un al Aristoteles que luego sería recordado por toda la eternidad, en el art, en la literatura y también en su educación corporal. Era un hombre con cualidades únicas que supo usar para su provecho y lograr hacer el mundo suyo.
Queronea (338 a.C)
Aunque su padre Filipo II, el actual unificador de Grecia aún vivía, Alejandro tuvo el mando en esta batalla, la cual fue fundamental para el sometimiento de todas las polis griegas bajo su gobierno. Después de atacar esta pequeña ciudad cercana a Tebas, en Beocia, derrotó allí a atenienses y tebanos. Con tal triunfo Macedonio se aseguro el poder sobre todas las ciudades de la Hélade, lo cual le brindaba tributo y hombres para lograr la impensable campaña que emprendería contra el rey Darío III, conquistar Persia.


Issos (333 a.C)
Luego de haber conquistado las ciudades griegas que se encontraban en el Asia menor, Alejandro se vio enfrentado por un Rey que no iba a rendirse tan fácil y regalarle territorio como a él le placiera. Darío se le plantó en una estrecha llanura cercana al Mediterráneo. Él medo le llegó por atrás y aunque Alejandro no esperaba esto, los dos contaban con grandes ejércitos, logró mantenerse con una formación defensiva para aguantar la primera arremetida persa. Al darse la batalla la falange pesada macedonia resistía al numeroso ejército persa y fue en ese momento cuando Alejandro guiando a la caballería ataco por los flancos y rodeando al ejército enemigo los hizo retirarse, dejando así el rey Darío a su ejército a la deriva y viendo en consecuencia cuantiosas bajas.
Esta batalla le dejo a Alejandro el paso hacia el sur abierto, y tras conquistar Tiro, consiguiendo traspasar sus murallas grandiosas, pacíficamente se volvió el gobernante de Egipto.



Gaugamela (331 a.C)
Entonces, transcurridos dos años después de la batalla con Darío, Alejandro se volvería a ver las caras con él y esta vez los dioses le volverían a sonreír. Una cantidad de gente inimaginable se supone estuvo presente en esa batalla; del lado medo se habla de una cifra alrededor de los 250.000 hombres mientras que para el bando macedonio se dice que había 50.000 soldados. Alejandro organizó su ejército con la falange en el centro y en los costados la caballería, veloz y efectiva. De esta manera ataque con todos al mismo tiempo, logrando abrirse paso por el flanco derecho, por el cual abrió una brecha y logró dar paso a sus soldados que después atacaron al los persas del centro por la retaguardia y lograron nuevamente que el rey Darío se diera a la fuga. El emperador macedonio cabalgó a buscarlo pero no consiguió tal cometido tan rápidamente, a su vuelta pudo ayudar a su amgio y general Parmenio, quien había estado luchando con los persas por la izquierda manteniéndolos al límite y sin abrirse.
Fue de esta manera que Alejandro Magno volvía a vencer a los persas, y por eso siguió su camino hacía el oriente, hasta llegar a la capital de tal Imperio, Persépolis, y destruirla. Siguió su camino y hasta el 330 a.C logró darle caza a Darío III y acabar con su vida.

Hidaspes (326 a.C)
Tras el paso de terrenos supremamente inhóspitos, el ejercito greco-macedonio que ahora también contaba con guerreros orientales se abrió paso hasta llegar a la exótica India. Pero antes de eso debía medir sus fuerzas nuevamente y por ello se dio la batalla de Hidaspes. En ella Alejandro se encontró con verdaderos colosos de cuatro patas y de piel intranspasable, grandiosos elefantes, sin embargo no era la primera vez que los tenía como enemigo y debido a ello su ejército pudo hacer que estos corrieran contra el ejército liderado por Poros y no contra el de Alejandro, lo que les valió la victoria ya que sin los elefantes fueron cercados y acabados.
Luego de esto Alejandro sin muchas ganas tuvo que volver hacía
Babilonia, a través de desiertos infinitos que vieron la muerte de más de la mitad de su ejército. Hacía el 323, siendo el emperador del Imperio más grande y diverso que hubiera visto el mundo hasta entonces murió el gran conquistador en la ciudad que años antes había visto colgar unos hermosos jardines y que en ese momento disfrutaba de todas las riquezas occidentales tanto como las orientales.



Conclusión
Ahora, tras haber revivido muchas de las grandes batallas que vivió el Mundo Antiguo en consecuencia de la cultura griega es importante resaltar varios aspectos. Primero, los fines de la guerra no siempre son los mismos, y aunque normalmente se busca ganar un territorio en algunas ocasiones es más importante el renombre y la fama que gana un pueblo que el territorio que consigue. Segundo es interesante ver como la guerra cambión con el tiempo, y mientras al principio la caballería no se usaba en épocas del gran conquistador macedonio ésta era una pieza fundamental de sus victorias. Tercero, la guerra no solo proporciona avances a nivel militar y táctico, también deja ver cómo la ingeniería se puede aplicar a ella y lograr empresas impensables como lo fue el puente de barcos hecho por los persas.  Cuarto, es importante también ver los cambios sociales que la guerra misma obliga y como ésta involucra un factor económico siempre, ya que dependiendo de si se ganaba o se perdía las riquezas de un sitio serían para los vencederos y con ello podrían mantener su poder.
Ahora, centrándonos más en los griegos cuando derrotaron a los persas es de notar que esto sirvió para engrandecer su gloria, para hacerse superiores que otros pueblos y para así erigirse como la cuna de la civilización que rige hoy gran parte del mundo.
Para más información sobre las batallas y en general sobre Grecia antigua se pueden consultar diferentes fuentes:
Las siguientes son novelas históricas y aunque no todo es fiable dejan darse una muy buena idea de la época que narran:
Salamina de Javier Negrete
Trilogía de Alexandros de Valerio Massimo Manfredi
Vientos de Guerra y Puertas de Fuego de Steven Pressfield

Bibliografía
Holmes, R.. (2007). Campos de Batalla: Las guerras que han marcado la historia. Barcelona: Ariel.
Durant, W.. (1957). La vida de Grecia. Buenos Aires: Sudamericana.
De Souza, P., Heckel, W. & Llewellyn-Jones, L.. (2004). The Greeks at War: From Athens to Alexander. Oxford: Osprey Publishing.

Hidalgo de la Vega, M.. (2008). Historia de La Grecia Antigua. Salamanca: Universidad de Salamanca.

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